El superyo de los trans-fugas. Amén! La osadía de desobedecer, o el “calor de la obediencia”.
Me han pedido escriba un post sobre tránsfugas. Se entiende que se van… no se sabe dónde se van, pero el problema no es que se van… sino que se quedan, porque en la más rara de todas las fórmulas, los escaños son personales, y los votos de la ciudadanía no!, o sea que se vota una lista, y luego una persona se queda a nombre propio. Es así?. Pues explicar esto desde el psicoanálisis, me va a resultar algo complicado… Lo intentaré. Obviamente y para empezar, se van porque se enfadan, y se quedan para fastidiar, porque se pelean. Habría que ver uno a uno, porque se enfada y se pelea, pero bueno, como es una cosa grupal, y le han puesto un nombre plural: trans-fugas, intentaré una interpretación pulsional.
La obediencia, es una cuestión ideología del superyo, y el modo de goce del mismo.
El superyo, lo definió Freud, como una instancia que demanda sacrificio en nombre de la renuncia por la cultura, y entre sus componentes nombra: angustia moral, conciencia moral, conciencia de culpa, sentimiento de culpa, arrepentimiento, necesidad de castigo, equívocos idealistas, valores que desembocan en la obediencia, pidiendo el sacrificio de la renuncia pulsional, en palabras sencillas, prohibiendo la desobediencia. Lean el “malestar en la cultura” S. Freud.
Lacan le dio un giro más, teorizando el superyo en los tiempos de hoy día: un imperativo que dice: goza!, comprando, obedeciendo, mandando, sometiendo, angustiando… pongan todas las formas que se les ocurra al servicio del imperativo! Los trans-fugas, son de un partido, institución, porque el trans-fugismo de si mismo aún no se ha visto. Se van de unas consignas, que llaman “disciplina de partido” que o cumplen o los expulsan. Ale! Pero como he dicho antes, el problema para los de las consignas, no es que se van, sino que se quedan, haciendo lo que… les viene en gana, por decirlo en fino. Pues, y soy la primera sorprendida porque no pensaba así antes de escribir el post, son los más coherentes de todos, ya que, enviar hacer puñetas la disciplina de partido, es estar del lado de la ciudadanía, del uno por uno democratico, a la cuál intentan someter también a esa majadería de dominio que les habita a los de “mandar”, en nombre del superyo cultural del partido-institución. No olvidemos que el que se va! a su casa, por no estar de acuerdo con la disciplina de partido no es un trans-fuga, es un obediente, es decir más de lo mismo, pero los que se quedan para taladrar, esas personas saben de la soledad, pues la gente obedece para no estar solo.
Y luego que los del pacto antitransfugismo, que no vengan con ñoñeces de que la ciudadanía ha votado!, y si ven que hay abstención fuerte, que piensen, piensen, pues existen los que no obedecen a “la santa voluntad de los partidos, de poner a quién les viene en gana”, diciendo al ciudan@ que “ni chistar”!.
Teresa Ferrer
PS: hablo de los tránsfugas, no de los que se compran o se venden, eso es otra cosa: comprados o vendidos.
Proveta 1
Hace 1 año
4 comentarios:
Hola Teresa
Tu post es genial!
Yo creo que es una suerte que los escaños pertenezcan a las personas y no a los partidos ya que es una manera de no someterlo todo a la disciplina de partido y al aparato.
En el caso de no estar de acuerdo, todos, y los políticos también, tenemos dos maneras de solucionarlo:
1) La salida: irnos para hacer otra cosa
2) La palabra: quedarnos e intentar cambiar las cosas
Ambas soluciones son posibles en cada caso que se nos plantea el dilema. Para los políticos, la acción pública es muy intensiva en energía y tiempo y, a veces, es necesario irse (Aunque también tiene su encanto, el poder, digo). En la vida también tenemos etapas. Unas veces te vas, otras, tomas el camino de la palabra. Esto lo estamos comentado en Valencia desperta, las distintas vías que ha tomado la gente frente a la modorra de nuestro país.
No se puede, sin embargo, alabar la figura del tránsfuga sin más precisiones porque no es posible alabar la rebeldía per se, la hay buena y la hay mala, como el colesterol. Recordemos la intrépida aventura de un joven licenciado en derecho que gracias a los tránsfugas fue alcalde de Benidorm y también…
Respecto al mandato de gozar consumiendo, los españoles estaban muy contentos de poder consumir mucho, lo han hecho como locos durante el boom y ahora se preguntan qué les pasa.
Respecto a la manía de la ideología del superyó, las mujeres no paran de quejarse de cosas muy justificadas, por ejemplo de que ganan menos que los hombres, pero siguen queriendo sacrificarlo todo por cuidar a la familia …
Matilde
Teresa, nombras en tu post "el uno por uno democrático", para señalar cómo parece que eso se les olvida a los partidos. Ahí, en las organizaciones políticas, aún tiene pase, pero en el Psicoanálisis! Ahí sí que no se entiende que se les olvide el "uno por uno", que lo obvien o que no lo respeten.
Por cierto, ponle comillas a la palabra "pase" que he escrito en la expresión más arriba ;-)
Un beso y vivan los tránsfugas! (Por supuesto los de verdad, no los comprados).
Ah! Otra cosa, me ha alegrado esta feliz coincidencia. Yo, sin haber leído aún tu Post te hablaba del "uno por uno" de la blogosfera. Feliz coincidencia!
+ Besos,
María José
Pues si Matilde, hay el colesterol bueno y el malo, pero hay de los dos.
Los españoles estámos como cencerros con eso de consumir, totalmente de acuerdo avec toi.
Y a las mujeres como dices, le así les va!, pero no-todas!
Besos y gracias por el comentario
Gracias por tu comentario María José. No puedo cambiar tu texto, así que las comillas quedan con el emoticón.
Totalmente de acuerdo con el "uno por uno de la blogoesfera", pienso que pulveriza a los que siempre están haciendo lo mismo, sin dejar a nadie más opinar.
Animate y haz un post con lo que comentas de la globoesfera...
Besos
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