Ayer como dicen algunas personas, fue un día duro para la democracia en Valencia, pero veamos por qué. En el primer momento un “dolor moral”, afectando el alma: el declive del poder judicial, uno de los puntales más alto a los que un ciudadano mira. Los grandes volúmenes que componen los artículos de las leyes escritas, suponen legados de intemporalidad, en tanto recogen el mayor simbólico que los humanos tenemos, sistemas de regulación de nuestra sociedad que dan soporte a la civilización, y tiempo a la cultura. Las leyes escritas regulan nuestro funcionamiento, dando la tranquilidad que se tiene en la paz, y poniendo fin y orden tras las guerras. Mucha vida y muerte se a requerido para hacerlas.
Pero la ley, siempre ha necesitado para humanizarse de su interpretación, y en ese lugar están los jueces, de los que se espera sean imparciales, y en su imposibilidad se les venera. El “dolor moral”, que se vive, se siente en el cuerpo con un malestar profundo, proviene de cuando algo simbólico, es banalizado. Y ese “dolor moral”, es tan agudo, que las reacciones defensivas ante el mismo son variopintas y diferentes: desde la más pura indignación, a la incredibilidad, la indiferencia… que más o menos funcionan pues se proyectan al exterior, pero cuando la defensa se asienta en el pudor, la vergüenza, la culpa, la participación, es grave, implica un daño corporal.
Esto es, una de las dos cosas que ha ocurrido hoy con el archiva-miento del caso Camps. Ninguna palabra esta a la altura, puro silencio, pues no hay defensa efectiva a la altura de este hecho.
La otra cosa que ha pasado también, es que comienza la payasada. Es pronto para darnos cuenta, de que tocar lo simbólico, tiene consecuencias, por eso no vemos aún la vertiente payasada del asunto, que voy a describir desde el psicoanálisis. Se llama el goce de la trasgresión.
De los siete paradigmas del goce, que aísla J. A. Miller en la obra de J. Lacan, parece que a Valencia le toca “aguantar”, y utilizo la palabra aguantar, el tercero, porque es impositivo, el tercer paradigma: la trasgresión, el ir más allá de un límite. Este goce típico de la sexualidad masculina, es más antiguo que la “picor”, y totalmente obsoleto en el mundo global en el que vivimos, donde desde la ventana cibernética el concepto de “limite” se desvanece.
Desafío, forzamiento, sumisión, demanda el goce perverso, desde la más absoluta ridiculez. Seguramente estos hombres, a los que en el post anterior, tilde de debilidad mental, tienen la osadía de intentar subyugarnos, ahora, hoy en día, en pleno triunfo de Jeremy Bentham, quieren imponer el imperativo categórico, kant-sadiano, en una orgía agónica de bobadas desfasadas, negligentes y tan caducas como sus aves carroñeras.
Y esto es una payasada, pues se enfrentan a una negación nefasta, ya que negar la sexualidad femenina, quizás resulto en la edad media, quizás resulto antaño, pero hoy-ahora, es convertirse en bufones, con nombres y apellidos gozando de su impotencia, llevando patéticamente el “falo” flácido a cuestas.
La mare de deu!!! Me decía una persona al teléfono, más sensible a la payasada que a la ruptura simbólica. Y si, porque no, la mare de deu, la mare que va… esta todo servido para entrar, de la mano de la feminidad en escena, pues no hay forma de plegar la sexualidad del ser hablante a la lógica del Edipo, siempre les quedará el problema de que quiere una mujer?, pues no calza el zapato fálico, lo que significa que le importa un bledo, quién la tiene más larga. Y estar del lado de la feminidad, como se a dicho tantas veces, es independiente del sexo biológico que se ostente.
Sepan Sres, que por muchos trajes de Milano o de la saga del sastre que se hagan, siempre serán uniformes que no entran en la óntica, que no taponan el cuerpo, verdadero lugar del goce.
Hoy tres jueces nos hacen morir de pena, y con eso habrá que seguir viviendo, para de aquí en poco tiempo darnos cuenta de que cuatro payasos nos harán morir de risa, si evitamos toda culpogena defensa, que tanto despista a la izquierda. Los hechos han pasado aquí, y son así, no es cuestión de significar, si merecidos o no por una ciudadanía, un pueblo, una comunidad, un país.
Teresa Ferrer
2 comentarios:
Teresa tuve un gran jefe que pertenecía a Justicia, tenía un "buen cargo" hoy está jubilado...que un día me dijo "Mª Carmen no lo dude vd. que hay una justicia para los pobres y otra para los ricos" esto se puede aplicar aquí, refiriéndome a estos sin escrúpulos que se creen que los demás nos chupamos el dedo. es indignante que estos que llevan "colgajos" como dice una amiga mia lleven a esta comunidad de encefalograma plano a la situación que nos hallamos actualmente, y esto no se ha acabado aquí, al final el que ríe el último ríe mas a gusto, la fiscalía del estado va a recurir este auto de archiva-miento, nunca mejor dicho jajaja.
No cabe duda que los jueces han actuado de una forma irresponsable frente a la ciudadanía, se supone que están para defender a todos por un igual, y no ignorar a una de las partes, hay un procedimiento judicial que han obviado a favor de estos "sin escrúpulos". No se ha tramitado correctamente, y eso es muy grave, ahí la fiscalia no puede estar de brazos cruzados.
Sr. Camps le felicito por tener tan buenos amigos, pero le recuerdo que todo tiene un precio en esta vida ¡cúidese mucho!
Totalmente de acuerdo Carmen, por lo peor como pongo en el post, es que han banalizado lo simbólico, lo cual trae consecuencias que veremos en breve, de hecho uno de los tres, que no es precisamente progresista, al menos sabe esto y manifiesta su desacuerdo.
Gracias por tu aportación
Teresa
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