El secreto de sus ojos
Juan José Campanella.
El psicoanalista lo tiene difícil, pues tras el escándalo que sostiene, escándalo que inauguró la obra de Freud, no es fácil, pues con la interpretación se apunta al goce del sujeto, y no gusta reconocer, (aunque se sabe), dónde reside la obscenidad del modo de gozar.
Recordad las veces que Freud fue criticado y lo es aún, por su teoría sobre la sexualidad infantil: los niños, tienen pulsiones sexuales, viven una sexualidad muy compleja, tienen actividad erógena y erótica, cuya significación da sentido a sus vidas.
Recordad y contar el rechazo que tuvo y tiene la teoría de Freud que llamó “el trauma”: “Lo que acontece cuando el infantil sujeto se encuentra con la sexualidad”. Encuentro traumático entre el humano y el sexo, porque el ser hablante que es, el trhumano que somos, no tiene programa sexual adecuado. Hay contingencias, ocurren encuentros que dejan huella. Encuentros traumáticos que provocan fijaciones a objetos, tanto libidinales como amorosos, imposibles o muy difíciles de cortar. Y estos encuentros se viven con vergüenza.
En esta película, que creo gusta a la gente… ¿os gusta la película?, veo que a todos no… ¿por qué una película, por qué una obra de arte gusta o no? Daré una respuesta rápida… porque toca en algún punto el “trauma” del espectador, apuntando a un “núcleo” de goce ignorado. No hay que aterrarse por el “trauma”, pregona el psicoanálisis, ya que ignorarlo es ser su “objeto”, marioneta, no hay que aterrarse de “amar al trauma”.
Me cuento entre las personas a las que esta película no gustó. Ella muestra muy bien cómo se trata de domesticar la pulsión con el velo del amor. Veamos.
Todo gira alrededor de un asesinato, no cualquier asesinato, un asesinato sexual, de una bella mujer, que deja “tocado” de por vida a un hombre, “un asesinato sexual”: violación-golpes-sexo-muerte.
De las posibilidades que Freud cita como intentos de significación, de dar sentido al encuentro con la sexualidad que ocurre en la infancia, resalta tres: “interpretación al ver el coito de los padres” “amenaza de castración” y “seducción por un adulto”. Tres modalidades de “trauma”, intentos de explicación que da un niño al comercio sexual de los adultos. Estas modalidades no son sin eco en la historia y relaciones sociales de la humanidad y cuando digo eco, me refiero a que están de moda, son más predominantes en algún momento unas u otras, como se ve en este tiempo, con la abundancia de noticias sobre “abusos a un menor”.
Pero antes de que estuviera de moda demonizar el fantasma freudiano de “abuso a un menor”, lo estuvo y muy extendido “la interpretación que dan los niños a la visión del coito parental”, que cómo indica Freud, lo percibe cómo un “acto violento” del padre, y es esto, sus efectos, los efectos de ese “trauma” los que podemos ver muy bien en el film. Es el “secreto de Benjamín” fascinado durante 25 años por esa visión. Fascinado y construyendo su vida alrededor de este hecho. Construyendo su huída de esta fascinación, envolviéndola con una investigación que le lleva hasta la escritura de una historia novelada. Fascinado por todo lo que puede relacionarse con esta mujer, construye su “fantasma”, que es la forma de envolver y disfrazar el “trauma”. Crea alrededor de ese episodio traumático, una historia de amor que no se permite, pues permitírsela le hubiera llevado aceptar sus obscenos apetitos.
Benjamín Espósito, pierde su vida, pierde la oportunidad del acceso al otro sexo, por el horror que le inspira este cruento asesinato, que hace diana en su “trauma”. Benjamín Espósito, vende su alma, o lo que es lo mismo, pierde su tiempo, al no poder taponar más que al cabo de 25 años, que – “ama a su fantasma”, porque “teme su trauma” –, condensación metafórica que le permite al final, seguir durmiendo y acceder a su dama.
¿Qué hubiera pasado con Benjamín, si hubiera tenido acceso a una “interpretación” del goce en su trauma? del tipo: ¿A qué temes Benjamín? ¡¿Temes a lo que amas?!, le hubiera sin duda permitido despertar de esa sexualidad masturbatoria en la que vive.
Teresa FerrerIntervención en la “Tertulia psicoanálisis, cine”22 de marzo, 2010, Valencia.
Proveta 1
Hace 1 año
1 comentarios:
Una primera lectura "inocente" de la película arrojaría justamente la sentencia inversa: que es el miedo el que se convierte en un velo - u obstáculo - para el amor.
Bajo coordenadas "humanistas", la "pasión" no merece ser diseccionada en el divan. De esta manera la ley puede conducirse de manera siniestra y arbitraria.
Como sucede con mucho del cine de tintes psicoanalíticos, la película es mas reveladora por sus lapsus que por sus moralejas.
Saludos desde la Suite
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