El Discurso Psicoanalítico

Blog dedicado a la transmisión de la experiencia psicoanalítica, debate sobre la misma y aportaciones.

El psicoanálisis no es una terapia, es una experiencia en la que la cura viene por añadidura. Ya desde S. Freud que formula “los restos sintomáticos” a J. Lacan, con su reformulación del “sinthome”, que retoma Jacques-Alain Miller en sus Cursos de Orientación Lacaniana; lo incurable late en el corazón de la experiencia, en tanto que es lo más singular del sujeto, en lo que no es parecido a nada ni a nadie.

¿Qué es pues la clínica de lo incurable? ¿En que reside la pureza del psicoanálisis? ¿Qué es un analista? ¿Qué es una escuela, verdadero palpitar donde habitamos?…En el marco del mundo actual que cargado de imperativos amos, dejan al sujeto en la más pura indefensión e indefinición de su singularidad, hay que elegir entre sujeto o sociedad y estamos del lado del sujeto y de hacer más porosa la sociedad para que los agentes amos no impongan la particularidad de las categorías, ni el universal en beneficio del Ideal de la especie.

Torre de Babel

Y a día 2 de octubre del 2009, comienza en el blog un apartado de colaboraciones, abriendo la vía a lo que indica Lacan en "Función y campo", escrito del que tantos conceptos varia,a lo largo de su enseñanza, pero dejando intacto este, ya que a la experiencia psicoanalítica: "Mejor pues que renuncie quien no pueda unir a su horizonte la subjetividad de su época. Pues ¿cómo podría hacer de su ser el eje de tantas vidas aquel que no supiese nada de la dialéctica que lo lanza con esas vidas en un movimiento simbólico? Que conozca bien la espiral a la que su época lo arrastra en la obra continuada de Babel, y que sepa su función de intérprete en la discordia de los lenguajes" (J. Lacan, "Función y campo de la palabra y del lenguaje ... "). Agradezcamos a la singularidad que quiera mezclarse en la escucha…

Lo que la familia calla

viernes, 16 de mayo de 2014




Conferencia en la Universidad de Psicología

“La facultad de psicología de Valencia, tienen del psicoanálisis muy mala opinión, lo considera pseudociencia, y no es que el psicoanálisis, sea pseudociencia, es un “discurso” diferente al “científico”, y a la altura del mismo, así como el del amo, el de la histérica o el del capital. El psicoanálisis no es para todos, pues caeríamos en manos de los mercados, y además cuando una persona se va analizar no está claro ni que se quiera analizar, ni que el psicoanalista acepte, pues la cura analítica, no desplaza el síntoma, no lo cambia de lugar, como lo hace la cura terapéutica. Y a recomendar a los resistentes al psicoanálisis, que tengan cuidado en poner a la ciencia en el lugar de Dios, o en el lugar del Amo”.

Buenas tardes, gracias a Berta por la invitación, y a vosotros por vuestra presencia y asistencia a esta conferencia, en la que, y en el marco de la Universidad, voy a proponeros adentrar conmigo en un territorio, al que me han comentado no soléis ir. A los claro-oscuros terrenos movedizos, llenos de misterios, enigmas, jeroglíficos, sorpresas, desorientación, tropiezos, silencios, secretos penetrantes, que son el hábitat propio del inconsciente. 

La Universidad, que nostalgia!, aún recuerdo el tiempo, en que, y aquí al lado, asistí a mi paso por ella, la de mi elección, medicina. En aquel entonces, estaba junto a la facultad de Ciencia, el Hospital Clínico y la de Agrónomos, era está en la que estáis?, y en frente la de filosofía, y derecho, más o menos si no recuerdo mal. 

Pero ¿qué es la Universidad?, una Institución, ¿se puede llamar así? La Universidad, nos ofrece sobre todo, la entrada en un vínculo social diferente, nuevo vínculo social que se organiza sobre el Saber. El significante Saber, es alrededor de lo que se organiza todo su discurso, el universitario, al que asistimos los que elegimos la vía universitaria. Anteriormente estábamos inmersos, en contacto con un vínculo social jerárquico. El maestro, los maestros, los profesores, el director, el jefe de estudios, son los personajes, en los que, tras la autoridad familiar, se va declinando el Significante Amo, con su pluralización, hasta acabar la enseñanza secundaria y optar o no, por iniciar el camino en la Universidad.

Y al llegar a la Universidad, nos espera un “cambio”, un cambio discursivo de vínculo social, que aunque no lo supierais todos habéis experimentado. No fue tan fácil, hubo un tiempo en que, el Saber Universitario, introduciendo la Ciencia, para desprenderse del dogma, fue perseguido, hasta el punto de refugiarse, a menudo, en sociedades secretas para persistir. Ahora ha triunfado, pero durante muchos años fue acosado, maltratado, acallado. El “discurso científico” se ganó su lugar en el mundo, no sin pérdidas incluso de vida.  

También he estado, estuve, estoy, en el “discurso universitario”, en el “discurso científico”, así como vosotros estáis ahora. He vivido su “vínculo”, disfrutado de su método, sometida a su rigor. Separarme de esa forma de pensamiento, aunque muy interesante, no fue fácil, sobre todo para adentrar en un terreno dónde no opera el significante Amo, y el Saber se declina de otra manera. Os digo esto porque el psicoanálisis es un discurso, crea un vínculo social, diferente al “discurso de la ciencia”, diferente al “discurso universitario”.

Tras esta introducción, paso al primer punto. ¿Qué es pues el psicoanálisis?

El psicoanálisis es un discurso, entendiendo por discurso lo que crea “vínculo social”, un vínculo social determinado y no otro, que se da por cómo se establecen las relaciones que rodean y sitúan al sujeto, a la persona. El psicoanálisis es un discurso diferente al universitario, crea otra forma de vínculo social. En ese aspecto no se le puede considerar una terapia, como las que da el discurso universitario, no tiene una igual definición de la cura, el psicoanálisis es un “discurso” que se añade a los discursos anteriores con que la humanidad ha ido creando diferentes formas de “vínculo social”, desde tiempos remotos a lo largo de su historia. Por enumerarlos con su orden de aparición, son: El discurso del Amo, El discurso de la Ciencia, El discurso de la histérica, El discurso analítico, El discurso capitalista, que tienen correlativamente como elementos organizadores de la vida y la relación humana: La Autoridad, el Saber, la Verdad, el Goce, el Dinero o como gusta llamarlo, los Mercados. 

El discurso del Amo, del amo antiguo, el vínculo social que establece el Amo, presente en la religión, en la política, en la enseñanza, en la institución, en el ejército, actualmente en los deportes, la prensa, la televisión en internet y ponemos también las redes sociales?…, el discurso del Amo como podéis observar es profundamente masculino, pertenece a la lógica de la “sexualidad masculina”, que es lo que va cediendo pregnancia a lo largo de los tiempos, viniendo su primer cuestionamiento del lado de la Ciencia, con el significante, como ya os he dicho, el Saber.

Así retener que el vínculo social que establece el Amo, está organizado por el Poder, la Autoridad, a lo que cuestiona la Ciencia con el Saber. Son los dos primeros vínculos que establecen instituciones en la humanidad.

Es Freud quien inaugura otro discurso en la humanidad, atendiendo a las histéricas, histéricas que cuestionan al Amo y desafían su poder. Las grandes histéricas, de “Estudios sobre la histeria” (Sigmund Freud), metidas en manicomios, acusadas de fingidoras, no es la primera vez que irrumpían en la historia. Brujas, quemadas a miles por el mundo, son algunos de sus antecedentes. Simplemente Freud las escucho, escucho su discurso, el histérico, y se introdujo en él. Ellas le enseñaron el “inconsciente”, “la asociación libre”. Y se lo enseñaron hablando de sus asuntos familiares, historias sexuales de familia es lo que encontraréis en el texto, que indican a Freud la primera formulación de la importancia de la sexualidad en el ser humano, que pronto apuntala en la sexualidad infantil.

El discurso histérico, la histeria, el vínculo social que establece la histérica ha creado instituciones, (no sé si llamarlas así, Sindicatos? 15M?), pero las ha creado. ¿Cómo establece el vínculo social la histérica?, un sujeto dividido, falto de todo, la histérica, poniendo su cuerpo en juego, se dirige al Amo para cuestionarlo, quiere su Verdad, (que el Amo guarda celosamente) y haciendo que pierda los estribos, la obtiene: una “orden” a acatar en ejercicio de su poder. Freud, que era un hombre de ciencia, un científico, se despojó de su faceta de amo, “a ti te pasa lo que yo te digo”, y las escucho dejándolas hablar, pues en su amor por la verdad y el saber, pudo darles la palabra. 

Y no tardo en obtener recompensa, así Freud se topó el inconsciente, como Colón América, ya estaba allí. Con el “inconsciente” y la “asociación libre”: “dejar decir lo que se les ocurra”, queda inaugurado el discurso analítico, que toma a la histeria como auténtica, y la deja hablar, de lo quees su padecimiento, de lo que produce su padecimiento, y lo más importante, de la causa de su padecimiento. 

Tras la entrada en el mundo de los otros discursos, el “científico”, el “histérico” y el “analítico”, el amo se refugia metamorfoseándose en el discurso actual el “capitalista”, que domina el mundo, (aunque quizás lleve un elemento regresivo). 

Dicho esto, me vais acompañar, a ese terreno dónde lo consciente pierde sentido y se da el predominio al inconsciente. Estoy pues, en un lugar de la Ciencia, hablando de otro discurso, el analítico. ¿Se entiende? Y he venido hablar a los futuros inmediatos profesionales de la psicología, es así?, y vengo a contaros, que y porque es tan importante, lo que se escucha en un psicoanálisis de la familia, de las Cosas de familia, por llamarlo por su nombre, en y desde el inconsciente (título, que fue el de unas jornadas de psicoanálisis, las primeras en Valencia en el 93, y a cuya conferencia de clausura, Cosas de familia en el inconsciente, realizada por Jacques Alain Miller sigue mucho el desarrollo de esta conferencia, por su actualidad).   

Si el psicoanálisis es un discurso y no una terapia típica del vínculo que crea la Ciencia, lo que se hace en un análisis, es pues, la “experiencia” de un discurso, “suceden cosas”, “vivimos algo muy singular”, y aprendemos a manejarnos con eso de otra manera. Es típico de las personas que se analizan, que los demás les cuenten sueños, les interroguen sobre sus síntomas, lapsus, etc. Y si aprender a manejarse en otro discurso, bien tiene efectos de cura, si un psicoanálisis, produce efectos terapéuticos, y también didácticos, de formación discursiva, es decir de entrada en otro “vínculo social”, no es sin embargo, en la cura, ni en la formación, (vista como la contempla la Ciencia), dónde cristalizan los efectos de un análisis, las consecuencias de un psicoanálisis convergen sobre el “fantasma”, o si os resulta más sencillo, sobre los fantasmas de la persona, ahí, en el “fantasma” es dónde van, convergen y operan los efectos de un psicoanálisis. 

Concluyo pues este primer punto ¿qué es un psicoanálisis?, con la introducción de estos dos términos: el discurso, el fantasma…bueno con el inconsciente, los sueños, los síntomas, los lapsus, son más, pero creo estos últimos os serán más familiares. El psicoanálisis no es del discurso científico, y por lo tanto el método científico no se puede aplicar. 

Pero que sea un “discurso” diferente al universitario, no implica sin conexión. Nuestras instituciones, tienen el “Instituto del Campo Freudiano”, que junto a sus Secciones Clínicas, se encargan de las relaciones con la Universidad, presentes en todo el mundo. Aquí en Valencia, anualmente se organiza un programa de formación continuada, con una cita mensual, llevada a cabo en el Hospital General, el Seminario, que consta de un módulo teórico, en cuya preparación participo, así como un módulo Clínico, en el que se debate la clínica actual. A esto acompaña, itinerarios formativos y otras actividades respaldados por la universidad París VIII y que el Colegio de Psicólogos de la Comunidad Valenciana, desde hace años, los reconoce de Interés Técnico-Profesional. Pero si el Instituto del Campo Freudiano, se encarga de esta conexión con la Universidad, ¿qué es un psicoanálisis?, ¿qué es un psicoanalista?, es un asunto de Escuela, instituciones también presentes en nuestro mundo, siendo la de España, la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis, que forma, junto a otras del mundo la AMP. 

Punto dos. ¿Qué es un psicoanalista?, imposible hablar del psicoanálisis, separado de lo que es un “psicoanalista”, que obviamente, es una persona que ha hecho la experiencia de su “análisis”, importándole más hacer converger los efectos del análisis sobre su “fantasma” que sobre los efectos de cura y formación, la cura vendrá  por añadidura.
Por llamarlo por su nombre, un psicoanalista, es una persona habitada por un deseo, un deseo de saber cuál es su “fantasma”, un deseo que ninguna universidad puede provocar, por eso no  hay ningún diploma de psicoanálisis a título universitario, el psicoanalista se autoriza a ser psicoanalista, él mismo y por su análisis, por su psicoanálisis en el que ha hecho la experiencia de un discurso que despeja su “fantasma”.

El psicoanalista, es quién habita lo que os he presentado antes como Escuela, y aunque no se requiera serlo para pertenecer a ella, ni para asistir a su actividad, si es el lugar de constante debate, sobre el discurso analítico, que es un psicoanálisis, que es un analista. Constante debate que tiene su culminación en la presentación de “testimonios” de análisis, que llamamos “pase”, en el que un analista, testimonia de su análisis, y del que ha dado y da cuenta a la Escuela y a la sociedad. Periódicamente, en nuestra Sede tenemos Analistas de la Escuela, que viajan para testimoniar, os recomiendo asistáis alguno, ya que es la más clara exposición de lo que es un Análisis.

Punto tres, obviamente, ¿qué es el fantasma?, el fantasma, los fantasmas, “es lo que para el sujeto hace pantalla, vela, lo real”, la realidad, y su “desvelamiento supone que el sujeto pueda acceder a lo real”, abandonando ampliando o disminuyendo lo que creía era la realidad, Pero no solo desvela la realidad despojándola de sus disfraces, también a su ser, al ¿Quién soy?, que es lo que precipitaría a un sujeto a un análisis, la búsqueda de ¿quién soy?, más allá de lo que creo ser, de lo que me gustaría o no ser, de lo que me dicen que sea etc… de forma que el efecto mayor de la experiencia psicoanalítica, el efecto mayor de un psicoanálisis, no es ni la curación ni la formación, sino la revelación ontológica en cuanto al ser del sujeto, lo que un sujeto es, despojándose de lo que lo enturbiaba y camuflaba.

He dicho que el fantasma hace pantalla a lo real, hacer pantalla a la realidad, es dar una interpretación personal de la misma, pero al mismo tiempo que la interpreta, es la ventana por la que nos asomamos a lo real, a la realidad, es la ventana por la que miramos lo real cada uno de nosotros, que para nada es como la mira otro, la realidad, la interpretación de lo que pasa, de lo que hay es totalmente singular, una para cada sujeto. 

Que la persona sepa, aprenda, despeje, las categorías significantes que han organizado su mundo, las fantasías que han sido sus significaciones, el significado que las cosas tienen para él, le capacita para ver a cada uno venir son sus significaciones, sus significantes amos, sus verdades, sus misterios, sus enigmas, sin que se inmiscuya con los de otro, al tiempo que opera también sobre su deseo, pues una persona que se psicoanaliza va desvelando que hay? detrás del brillo de lo que desea, su causa, ¿qué causa mi deseo?que objetos causan mí deseo, y por qué están investidos libidinalmente para mí, lo que da acceso a una nueva dimensión del ser.

Y bien, tras estas reflexiones, creo poder decir y que se entienda, creo podéis convenir conmigo en que el lugar dónde se aprende el discurso, se forjan los sueños, se hacen los síntomas, se crea las explicaciones, los misterios, los enigmas, las sorpresas, los
desengaños, las manías, los delirios, las exaltaciones, decepciones, ideales, obligaciones, prohibiciones, astucias, engaños etc., que configuran el fantasma, la forma de interpretar la realidad para la persona, ese lugar es la FAMILIA. En la familia es dónde uno, tropieza, para bien y para mal. Y en la familia, que no es ni una “célula” social, sino una institución, se ven esbozados todos los discursos de la humanidad: el del amo, la autoridad, el científico, el por qué?, el histérico (con berrinches, regañinas), el analítico (por qué tienes que ser así?), y por supuesto el “capitalista” (el dinerito).

Punto cuatro. La Familia. Durante todo este año, creo en esta asignatura habéis estudiado sobre ella, la habéis comentado, visto sus impases, sus enfoques, lo que ocurre es que para el psicoanálisis, la familia es de lo que primeramente y durante mucho, mucho tiempo ocupa al sujeto.

Digo mal, primeramente, en realidad cuándo alguien llega a un análisis, de lo que habla es de su síntoma, de lo que le hace sufrir, de lo que no puede evitar, de lo que no soluciona. No recuerdo escuchar a nadie que venga diciendo: soy el primero de mi promoción, tengo muchos amigos, mis relaciones son excelentes, todo me va viento en popa… no!, (aunque podría ser, pero no es lo habitual en un principio), se llega siendo objeto se algo, desesperado por, desarmado, desolado, con un pequeño por qué sin resolver, que a veces adquiere formas de depresión, tristeza, inhibición, desasosiego, por citar algunos nombres de la angustia.

El analista escucha y da algunas explicaciones de cómo empezar a explorar el desciframiento del síntoma a tratar. Indica, se dará prioridad a los sueños, pedirá decir lo que “se le ocurra sin juzgar”, priorizando el azar de la ocurrencia en los relatos, y así instala la regla de la “asociación libre” que abre el inconsciente del sujeto, y una vez convocado el inconsciente, lo que aparece, lo que aparece sin vacilación, quizás un poco disfrazado para enseguida despojarse del disfraz, son las “cosas de familia”, sea una familia grande, pequeña, monoparental, hetero o homosexual, separada, clásica, moderna, abierta, cerrada, lo que aparecerá, son las Cosas de familia!

En las asociaciones de los sueños, mezclados con la vida real, los padecimientos, las alegrías, los sinsabores, los síntomas, llega en el discurso del analizante: “mi padre…, mi madre…, su amor, su odio, su permisión, imposiciones, reconocimiento, de que me privo, que me ha robado, como me han querido, odiado, permitido ser esto o lo otro, quién me reconoció, que se me impuso, quién y cómo me castigo, los llantos, los colegios elegidos, los institutos. A quien me identifico, a quién soy parecido, quién me defendió de mis padres, hermanos, tíos, abuelos. En un blblbalbla incesante, del que el sujeto se lleva muchas, muchas sorpresas. 

En recuerdos olvidados que surgen como escenas intemporales, vislumbra: Quién era mi ideal, mi favorito, mi enemigo, amigo, en quien me refugie, de quien huía, a quien pegue, quien me pegaba. Riñas, odio, venganza, ira, soberbia, torpeza, oscuridad, soledad, luz, van apareciendo creando un panorama que se completa, escribiendo mi “novela familiar”, en la que la fantasía siempre adorna aquello que no se puede decir porque la palabra no alcanza, creando una narración única y diferente, en y para cada sujeto.

Entre bastante vergüenza, solo posible de camuflar a menudo por sueños, surge quien me sexualizo, los juegos eróticos que me fijaron a los compañeros de infancia, la escena de amor que con mezcla de asombro y excitaciónpresencie, los toqueteos prohibidos, los rozamientos, las escenas de orinar juntos, juegos de mamas y papas, médicos, insectos o animalitos que torturábamos, excitaciones veladas, seducciones, espionajes prohibidos… van perfilando, a la vez que se escribe la narrativa de la novela anterior, las escenas de la vida sexual del sujeto que se reencontrará en su vidapuberal y adulta, con un predominio de mirada o sufrimiento, alternante, o con cierta fijación.

Entre recuerdos ligados, recuerdos encubridores, va apareciendo la dificultad de la pubertad tanto en la vida amorosa, como sexual, el descentramiento, la dificultad, la anestesia, falta de deseo, miedo ante la relación, la dificultad ante el sexo etc… que se va ligando a los tiempos más remotos de la infancia del sujeto, configurando un modo de satisfacción que proviene de muy lejos.

Y todo esto, todo este “escenario dramático” se desarrolla en la familia.

¿Por qué la familia tiene ese papel, de lugar, marco dónde se configura el fantasma del
sujeto?, porque, en ella es dónde el sujeto aprende hablar, está mal dicho que aprende a hablar, ya que una lengua, no se aprende, se accede a ella, se nace a ella, y nacer a una lengua, es entrar en la cultura, que hemos creado los humanos al ser seres de lenguaje, es lo que aparece por hablar, la cultura. La lengua nos aleja de los instintos animales de tal manera que los “complejos” (poner la definición de complejo) ocupan su lugar, y es en la familia dónde se lleva a cabo esto. La familia, la familia humana es  una “institución”, que sirve como trasmisora de cultura, desde el albor de los tiempos.

Pero ¿qué es nacer a una lengua, hablar?, primeramente se habla para Pedir, la necesidad tiene que pasar a la demanda, “hay que decir lo que queremos”, es decir la necesidad tiene que pasar por la Lengua, con los efectos traumáticos que eso tiene sobre las necesidades del ser humano, pues al pasar la necesidad por la demanda,al empezar a pedir, (que no es nada fácil),al empezar a pedir lo que necesitamos, se produce una desviación, y aparece la necesidad marcada por una falta, (nunca se llega a decir sólo, lo que se necesita, se pide más o menos, a veces lo contrario, jamás hay una justa medida).

Esto es lo que Lacan dice en su texto sobre la familia, como que “la economía paradójica de los instintos en la familia”, es que los instintos, en el ser humano, son el conocimiento de las “modificaciones paradójicas de la necesidad” (complejos), pues en la familia humana las instancias culturales dominan las naturales, que es un forma de decir que por el significante la lengua, las palabras, dominan todo lo que es natural en el hombre, y eso es lo que lleva a cabo la familia humana.

¿Quién produce, cómo se producen y cuáles son los efectos traumáticos del pasar las necesidades por la demanda, por el pedir?Los produce la familia, y lo hace porque la familia es un lugar de interpretación de la necesidad, e interpretación inagotable, (te pasa esto por… tiene hambre, sed, le gusta eso, lo otro, le sienta bien esto lo otro, por)… interpretación que introduce la cultura en la interpretación, (le pasa eso por discutir, desobedecer, no come por llevar la contraria, no duerme por molestar,etc.), de tal manera que es fácil ver que la necesidad entraen una espiral, que tiene un resto: lo que nunca se llegará a colmar (ninguna de las interpretacionesestá a la altura de la verdad delo que le pasa al sujeto), un resto, que no se puede pedir, de tal manera que las consecuencias del pedir son dobles, por llamarlas por su nombre en el psicoanálisis, son el deseo y la pulsión.

El deseo, como consecuencia del pedir, es la parte del significado vehiculizado por la demanda, es decir por quése pide lo que se pide?, eso se puede interpretar, de hecho se interpreta, (quiere esto por…) y la otra consecuencia del pedir, la pulsión, es la parte no interpretable de la demanda, (no es eso, es otra cosa, lo que se pide y el por qué, hay un ejemplo, pide esto porque en realidad quiere esto otro)… la parte no interpretable de lo que se ha dicho. La pulsión es como una enfermedad de la necesidad natural. Lo que llamamos, el objeto pulsional, es el objeto de una necesidad no natural que se manifiesta como insistencia pero que no conoce un ciclo de “satisfacción” que le permita acabar.

Los humanos estamos enfermos, tenemos esa enfermedad de la necesidad, la necesidad en nosotros es patológica, está enferma (nadie come lo que necesita, ni duerme, ni bebe, ni ama, ni engaña, etc.), una enfermedad producida por la lengua, pues las palabras no llegan, jamás, a la exactitud de lo que pasa. Así pues, es en la familia dónde se contagia, su necesidad enferma de las palabras, uno enferma del significado de las palabras, lo que le produce, un, voy a llamar “gusto”, una nostalgia, por lo que no se puede decir, lo que no está dicho, lo que estáprohibido decir, el tabú, lo “secreto”, los secretos, los secretos de familia, pues no encontraréis ni una sola familia, sin un “de eso no se puede hablar”. Puede ser que el sexo sea tabú, o la culpa del abuelo, de la locura de un tío, etc… Hay siempre temas prohibidos, hay siempre en la familia Cosas Prohibidas, secretos de familia.

Primeramente, por supuesto, el canibalismo, asesinato, la prohibición del incesto, de tal manera que la familia es la primera institución en hacer cumplir la ley, con la que se accede a la cultura.

Así pues, de las Cosas de familia, que se escuchan en los análisis, podríamos decir que la familia, tiene su origen en el matrimonio? Está formada por el padre la madre los hijos nacidos y otros más? están unidos sus miembros por lazos legales de derechos y prohibiciones sexuales?

No! Oímos que la familia tiene su origen en el matrimonio?, no, tiene su origen en el malentendido, en el desencuentro, en la decepción, en el abuso sexual, o en el crimen. Oímos que está formada por el marido, la esposa, y los hijos?, no, está formada por el Nombre del Padre, el Deseo de la Madre, por los objetos pequeños “a” (sonajeros, telitas, peluches, muñecos, suéter, collar, piedrecitas, etc…) que consuelan al sujeto. ¿Oímos que están unidos por lazos legales derechos, obligaciones etc.?, no, la familia esta esencialmente unida por un “secreto”, por un no dicho, de que gozan padre y madre, pues que significa el Edipo más que gozan dónde no deberían gozar?, está unida por lo confuso, lo ambiguo, tenebroso, la sorpresa, el enigma, la mentira, etc…

Así se escucha el mito que es la familia, que da forma épica a las historias, pues las historias de familia siempre son el cuento de cómo le ha sido robado al sujeto la satisfacción, el goce que merecía, al cual tenía derecho. En la familia el goce está prohibido y se propone a modo de goce sustitutivo “gozar de la castración”, es decir gozar del robo mismo del goce. Por eso cuando se habla de la familia, se habla del encuentro con el goce, de los medios de satisfacción, de su perdida, de cuál objeto y de qué forma se lo convirtió en sustituto y consuelo de un goce, de una satisfacción perdida, objeto que nunca satisfacera, pero con el que se ha establecido un vínculo libidinal, invistiéndolo de un valor, tanto más válido por estar en el lugar del “objeto perdido”, que es la “plena satisfacción”, como objeto(esto marca las condiciones de amor, deseo y goce de la vida posterior de un sujeto, las coordenadas de lo que busca un sujeto)

El psicoanálisis se piensa mucho en su versión popular, como un desciframiento de la vida a partir de la familia, como si en la vida se encontrará solamente distintas metonimias del padre, de la madre, de los hermanos y hermanas. Pero en realidad lo que ocupa a un sujeto en un psicoanálisis, es la forma en la que “está pegado a los objetos”, qué hacer con esas “fijaciones” y como organizar sus modos de gozar, de y con ellas,las fijaciones, y ellos, los objetos, que quiere cambiar… o no.

Teresa Ferrer

Valencia a 14 de Mayo 2014


Bibliografía

Sigmund Freud. “Estudios sobre la histeria” (1893-95) Obras Completas. Ed. Amorrortu
Jacques Lacan. Seminario 16, Seminario 17. “De Otro al otro” (1968), “El reverso del psicoanálisis” (1969). E. Paidós
Jacques Lacan. La familia (1938). E. Argonauta
Jacques Alain Miller. Curso de Orientación Lacaniana “La obra de Lacan” (2012) Inédito, clase del miércoles 2 de febrero 2011
Jacques Alain Miller. (1.993) Conferencia de clausura de las I Jornadas Valencianas de Psicoanálisis: “Cosas de familia en el inconsciente” (texto establecido por Teresa Ferrer publicado en la Revista Lapsus)



Operación Palace en vídeo

miércoles, 16 de abril de 2014
Teresa Ferrer, Laia Gil, Paco Hernandez Diaz (Psicoanalistas) y José Vanaclocha (Crítico de cine), en la Tertulia del ciclo "El poder del reality-show: ¿Cuenta la verdad la tele, o la crea?".

PARTE 1:

PARTE 2:

"Amour": reseña

lunes, 11 de febrero de 2013
ENTRE MASOQUISMO FEMENINO Y MASOQUISMO MORAL.


La tertulia estuvo marcada por cierta tensión cuando la introducción reflexiva de Laia Gil sobre la significación de la “minoría culta”, puso de manifiesto rápidamente la polaridad que existe entre gente que asiste a estos actos, que hasta hace poco no permitían otro tipo de asistencia, y que personalmente me apena, a modo de un funcionalismo surrealista de unas épocas drásticas, pero al que sin embargo hoy se puede asistir sin tener esa “devoción” idealista que les protege de lo que pasa.

Comenzó la tertulia con la presentación de Michael Haneke a cargo de José Vanaclocha, quién tras repasar la trayectoria y obra del autor, indicó, que si había tiempo le gustaría presentar su crítica sobre la película, así como algunas entrevistas concedidas por el autor, tras lo cuál dio la palabra a las psicoanalistas.

Recordando que esta película era magnífica para explicar un concepto psicoanalítico controvertido: “El masoquismo femenino es un fantasma masculino”, se pasó luego la palabra a la sala, recogiéndose las cuestiones de inquietud. Una serie de halagos abrieron el debate: película que no se “anda por las ramas”, que no hace “ninguna concesión”, “implacable”, “un trozo de vida” “tremendamente tierna”, “un obra maestra”, “un maravilloso testimonio de amor”, y el blablablbablabla ensalzador dio paso a la interrogación: ¿si la ponéis del lado del masoquismo, por qué se llama amour?; ¿qué hubiera pasado si fuera al revés? ¿tendríamos la misma visión si él no se hubiera suicidado? ¿por qué esa actitud de la hija? Etc…

Tomé la palabra y primeramente indiqué, que sobre el tema del masoquismo muchos críticos de cine lo señalaban, como verifiqué tras una búsqueda, en la que me di cuenta de que el tema, si bien tratado desde otro punto que el del psicoanálisis, había sido abordado por la crítica, tras lo que empecé mi exposición.


El masoquismo, es un concepto que trata mucho Freud. Término recogido de las “parafilias”, que introduce tempranamente en sus “Tres ensayos sobre una teoría sexual”, lo ubica como una de las pulsiones parciales que aísla, y del que destaca que por su “hacer pasivo” es propia de las mujeres denominándolo: “masoquismo femenino”. Este concepto, junto con la “envidia de pene” o las consecuencias de la “castración en la mujer” encendieron los ánimos de las psicoanalistas contemporáneas, abriendo un debate ardiente, desvelador de la mentira sobre la “posición femenina” en los tiempos. La importancia de este debate fue el poder dar las armas para quitar las etiquetas que históricamente se les daba a las mujeres.

La sensibilidad de Freud al respecto no se hizo esperar y con los textos de 1919 “Pegan a un niño”; 1924 “El problema económico del masoquismo” y 1925 “La sexualidad femenina, la feminidad”, abre el camino para lo que Lacan empezará a teorizar en “Ideas directrices para un congreso sobre sexualidad feminina” donde anuncia: “Las feministas tienen razón, pero no saben el por qué, yo sí” 1958), y en 1962-63 en el “Seminario de La angustia” donde a propósito de la sexualidad femenina avanzará sin ambages: “a la mujer no le falta nada”, “a quién sí le falta es al hombre”, “la sexualidad femenina no parte de un déficit ni un menos”, “la masculina sí”, por lo que concluye que esta es la razón de que el “masoquismo femenino sea un fantasma masculino”, temática que diez años después ampliará en su “Seminario Aún” con las fórmulas de la sexuación.

 
Pero, ¿qué significa: el masoquismo femenino es un fantasma masculino?, es la creencia fantasmática, que tiene el hombre, de que las mujeres pueden prestar su cuerpo a traspasar incluso la muerte, ir más allá incluso de la muerte, asunto presente en toda la obra sadiana (disponibilidad completa del cuerpo del otro), temática del film que nos ocupa. Es bastante largo desarrollar los impasses de la sexualidad femenina y la masculina, ya me gustaría, pero no hay tiempo, así que haré una pequeña aproximación a partir de las preguntas que han surgido.

Es una película de amor… pero preguntaría a la sala ¿qué es el amor?, vamos a vosotros os pregunto ¿qué es el amor? (sin respuesta, nadie dijo nada). Bien hablemos pues del amor desde el psicoanálisis. El amor no es entendido por el psicoanálisis separado de la sexualidad, de lo que el psicoanálisis considera sexualidad, lo que incluye el masoquismo (del cuál tenemos un ejemplo aquí), sadismo (pensar en como se usa la señal de sufrimiento como prueba de amor…); exhibicionismo (cierto mostrar erótico, cierto claroscuro de una silueta que prender el amor); voyeurismo. Y este amor entendido junto con la sexualidad no tiene caducidad, se coloca en el partenaire durante toda la vida, se sea niño, joven, adulto o viejo. Y es del lado de la forma de amar del hombre que se encuentra el fantasma del masoquismo femenino, una forma de amar masculina… con ello creo responder a la pregunta de ¿por qué se llama amor si es otra cosa?

¿Habría pasado otra historia, o no, si los papeles estuvieran cambiados?. Al revés siendo el enfermo él, con casi toda seguridad no tendríamos esta historia, ya que difícilmente a las mujeres se les ocurre usar el cuerpo del hombre traspasando la muerte y aún más. Quizás, como indica Margarita Bolinches, viéramos cierto “rol” de maternaje, en el que tendría cabida la hija, la vecina, la portera, el doctor… incluso desarrollando todo ese vínculo social, igual encontraba un novio.

Y sobre la última cuestión ¿tendríamos la misma visión si él no se hubiera suicidado?, lo nombrare bajito, como pregunta y con la boca pequeña… ¿hablaríamos de violencia de género?...

Siguieron intervenciones sobre la identificación en “situaciones parecidas” con familiares, a lo que el comentario de Haneke, de escoger una clase “alta” pudiente, fue para indicar que no trataba de ubicar la trama en una problemática social, sino en otro plano, y la tertulia transcurría sobre interrogaciones, sobre la postura de la hija, las no concesiones que hace el director pues todas son para si mismo, el no andarse por las ramas, etc… para casi al final, (tras la lectura de la “crítica” de cine), surgir precisamente la temática que produce la resistencia mayor sobre el caso, lo que precipitó la división y el cierre a cualquier dialogo, con frases como “siii siii, es eso y no lo que se ha estado diciendo”. Surgió de cierta gente de la sala: EL MASOQUISMO MORAL


Este tipo de masoquismo (moral) que separa Freud también en “el problema económico del masoquismo” (1924), es notable por haber aflojado su vínculo con la sexualidad. El “padecer”, el “sacrifico” como tal es lo que importa, no interesa que quien lo inflija sea o no la persona amada. Sin embargo aunque persista la idea de la separación libidinal, el “masoquismo moral” responde a una forma de “necesidad de castigo” con lo que se satisface, reprimiendo lo insoportable del “sentimiento inconsciente de culpa”, que les llevaría a unas “torturas” y “remordimientos” insoportables. Se presentan las cosas como si el “reclamo ético” fuera lo primario, lo que llevara a la “renuncia pulsional”, cuándo en realidad lo que ocurre es que primero se renuncia a las pulsiones, para que después la “conciencia moral” reclame “nuevas renuncias de lo pulsional”, sin parar y sin fin.

Es lo que está en juego en los halagos: llamando sublimación del amor, ternura, un trozo de vida, amor, que muy bien expresan los críticos diciendo: “la extrañeza, rabia, impotencia y meditada decisión final expresan la afectuosa y sacrificada actitud del marido ante su drama conyugal, que también viene a representar la destrucción del amor, o todo lo contrario ¿el máximo y definitivo acto de amor?”. Son unas palabras que velan perfectamente lo que está en juego… (las pulsiones a las que se renuncian, léanlas en el texto de Freud o quizás mejor véanlas en un análisis).


Teresa Ferrer, Laia Gil
11 de febrero, 2013